Un fantasma nos vino a asustar. Pelotón le terminamos por llamar . ¿ Por qué ? Porque estaba hecho con sábanas, picas, un ladrillo y su cabeza... no era una pelotita, no, casi era un balón; así que le pusimos Pelotón.
Y nos quiso asustar. Quizás lo consiguió al principio...
Pero enseguida encontramos la solución.
¡ FANTASMA PELOTÓN,
ERES MUY GRANDULLÓN
¡ BUU, BUU, BUU !
NO ME ASUSTAS TÚ !
Nos acompañó todos los días en el pasillo y nos encantaba saludarle al entrar y al salir.
Como ya no nos daban miedo los fantasmas, también nosotros nos hemos disfrazado para jugar a asustar a los demás y ... nos lo pasamos genial.
Hasta hicimos unos fantasmitas con temperas.